La Tenacidad poética
de Luz del Carmen Arrese Pacherres.
Escribe: Ricardo Musse Carrasco
I. Biografía esclarecedora.
Luz del Carmen Arrese Pacherres inició su público derrotero literario
cuando en Sullana, su ciudad natal, (provincia piurana al norte del Perú, depositaria
de un frondoso valle del Chira, humedecido por las ubérrimas aguas de un río
milenario), el discurrir poético sólo le cabía desembocar hacia los cauces de
su propia e insular redención.
En esos años –y también en los siguientes- no existía, en el entorno, la
sensibilidad propicia para acoger sus realizaciones versísticas; tan es así que
éstas no son reseñadas en las efemérides periodísticas de la época. No
obstante, esta mujer –con las hormonas bien puestas- con una firme decisión,
siendo leal a sus escriturales impulsos, siguió escribiendo en medio de la más
inmisericorde indolencia, silenciada por la más absoluta indiferencia, sólo
tenazmente aferrada a sus evolutivos versos.
Luz del Carmen Arrese Pacherres
-dentro de su progresiva modulación estilística- nos ha ofrendado, primero, un
costumbrismo ancestral; después, un sintetismo dérmico hasta desembocar,
finalmente, hacia enternecedoras composiciones infantiles.
Esta poeta sullanera ha
cumplido, admirablemente, 40 años en el devenir poético (su primer poemario
“Poesía, prosa y nada” lo publicó en 1 967), pero ahora sí con el
reconocimiento ciudadano a su obra. Luz del Carmen Arrese Pacherres está
consagrada a perennizarse, eternamente, dentro del universo de nuestra infinita
gratitud. He aquí, pues, el mejor homenaje a su trayectoria, interpretando –con
crítica reverencial- ese libro que representa la estética culminación de su
largo y esforzado derrotero poético: El “Retorno de los latidos” (1 996).
II. La sensibilidad dérmica:
Fundamentos del sintetismo poético del
“Retorno de los latidos”.
Un oleaje de esencias se agita cuando fondeamos el cuerpo hermenéutico
en las sustancias poéticas.
La poética de Carmen Arrese está acordonada por una actitud centrípeta.
Su poética se dirige muchas veces hacia el centro de sus vivencias
retrospectivas. Para Carmen Arrese el pasado significa intuir las continuas
pérdidas padecidas por el hombre. No olvidemos que la nostalgia es una densa
sensación depositada dentro de una angustiosa limitación frustrante:
“Lluvias de recuerdos
se enfrían en el alma
y nuestro llanto
se estrella en las ausencias
como los confines nebulosos
se atropellan y acumulan”.
(Imágenes).
Y porque se vive con una angustia
eterna, el perecer es el intuitivo estremecimiento temático de toda poética.
Entonces el ser humano se afana en revivir (¿o buscar?) lo que ha dejado de
ser, a fin de restaurarlo (¿o reexperimentarlo?):
“Pájaro del otoño
que triste
busca la primavera
y ya no existe
más que en su corazón”.
(Imágenes).
Palpitan aquí ondulaciones poemáticas que Carmen Arrese titula Imágenes,
porque en el trasfondo de cada ser humano late una constelación de imágenes
producto, en parte, de la herencia colectiva inconsciente y de las propias
experiencias que pretendemos extraviar pero que, ahí, están insepultas:
“Voy diseñando las sombras del olvido
la añeja tradición de humo y barro
que envolvente me convence y me
persuade”.
(Imágenes).
Es un enjuiciamiento muy particular definir la poética de Carmen Arrese
como dérmica. Su poesía se vasculariza con su subjetividad. Ella se repliega
hacia sí misma para suministrarse el esencial alimento poético. Es decir, para
exteriorizar sus formas versísticas Carmen Arrese se interna en sus fueros
internos (dérmicos) ya que allí laten sus sentimientos y frustraciones:
“Tu sonrisa
se mece
en mi alma
como lágrimas traviesas
que no ha querido
brotar”
(Abril de almendros).
La poesía de Carmen Arrese está dotada de una
matriz desoladora. Carmen Arrese formula una concepción de predeterminismo
óntico:
“Cabalgué en la tristeza
del desamor
por largos senderos
fueron pocos los atajos y recodos
que me enseñó el amor”.
(Ritos y manías).
Es
verdad: la soledad también allana la soberanía poética. Psicológicamente, la
soledad es una sensación polarizante. El primer polo existencial nos conduce a la
desestructuración del aparato mental, pues determina el colapso de los
vehículos significativos. Y la otra tendencia nos encauza a la salida de la
creación. El espíritu de Carmen Arrese se encuentra hospedado en el segundo
polo vital. Ella ha encontrado una salida creadora a esta terrible condición
humana.
La soledad que poetiza Carmen Arrese es
sentida como sensación inmanente, como vibración perenne de una fontana dérmica
esencial:
“Noche que te has quedado
soñando con los amores del día
sobre los cerros y el aire
entre el diálogo de estrellas
y el sueño de los pájaros nocturnos
noche sin calma
con los dedos apretados
ábreme tus puertas
para hacernos compañía”.
Juzgo propicio tramitar meditaciones profundas sobre el mejor logro
poético gestionado por Carmen Arrese: Su gran capacidad para contraer
versísticamente sentimientos y sensaciones que, en las interioridades dérmicas,
se explayan inconteniblemente. Compendiar la desbordante subjetividad es labor
de una especial sensibilidad. Pues, las palabras presionan por situarse en un
contexto determinado. Las palabras se resisten a morir en la
impronunciabilidad. A veces las palabras quieren gobernar al artista. Domar a
las palabras, para que acepten su contingencia y situación, es la virtud
estética de Carmen Arrese. Dichos repliegues poemáticos son la expresión
artística de un sintetismo literario. A continuación textualizamos una muestra
de estas sanguíneas contracciones poéticas:
“Soledad / que se aumenta
como la sombra / a las doce/
una sierpe que se estira”.
Carmen Arrese nos confiere la
potestad de extender su breve poema en la cinética ondulación que nos deja el
verso colofónico (“una sierpe que se estira”). Con la siguiente reverberación
intimista, contraída estructuralmente, es facultativo conmovernos:
“De vez en cuando
un cactus se disfraza con mi piel
y un colibrí arranca
una a una las espinas
de mis miedos”.
(Imágenes).
Y la siguiente donde centellea, una
vez más, un inextinguible anhelo dérmico. Una ontología de búsqueda de las
esencias:
“Debe haber
en el universo
algún planeta donde
residen, se encuentran,
descansan
promesas, ósculos, suspiros
para que de vez en cuando
los vayamos a buscar”.
Carmen Arrese ha entrado a una
etapa decisiva en su proceso poético. Producto de sus búsquedas personales
arriba a la certidumbre de que los años se configuran de todas maneras
tegumentariamente. El tiempo nos va devastando. Y nos convoca a depositar la
trastemporalidad en nuestra existencia. Esos plegamientos inevitables han
colonizado las zonas epiteliales de Carmen Arrese. La poeta debe, pues, aflorar
de su fondo dérmico especies subjetivas para ensanchar su panorama existencial,
para extender su continente vital:
“He viajado
por la ruta
pérmica
de mi propia
mano.
recién hoy
la siento
cuando pienso”.
(Voy al siglo XXI)
CARMEN ARRESE
“Entre las escritoras de prestigio de
hoy, existe una que pasó a la modernidad,
ella es Luz del Carmen Arrese Pacherres.
La poesía es su medio de expresión por excelencia, atracción que suele
suscitar toda vivencia especial. Ahora
se aventura en la narrativa y no ha hecho sino empezar, una obstinación de la
que anuncia dos entregas. Un desafío en el delicado terreno de la literatura”. Literatura
de Piura
Por eso la dirección
Provincial de Cultura del Azuay (Ecuador)
Invitó a Luz del Carmen en
representación del Perú al Festival Binacional en Homenaje a la Mujer en su mes
de aniversario. Disertó con el tema “Todo sobre la mujer en la literatura Latino Americana” exposición central del evento. Luego la Unión
hispanoamericana de Escritores-UHE y la Dirección del Museo de los Metales le
otorgaron una placa y diploma de reconocimiento por su destacada y valiosa
trayectoria cultural a favor de los pueblos. En la ciudad de Loja el “Consejo
Nacional Todas las Sangres” le otorgó la medalla de honor “José María Arguedas”
en el Congreso Binacional de Letras, Artes y Ecología. Diploma y Medalla
Centenaria. La gobernación de Salta-Argentina en merecido reconocimiento por su
trayectoria la distingue con un diploma.
Antes ya fue galardonada con Diploma y Medalla de Honor por la Municipalidad de
Sullana, lugar donde nació y radica actualmente”.